Vancouver responde muy bien a lo que podemos esperar de la mayor parte de las ciudades norteamericanas: un centro –o Downtown– de negocios y con zonas de ocio, rodeado por otros barrios residenciales con mucha menos actividad o movimiento en sus calles. En Vancouver podemos decir también que el Downtown alberga el corazón de la ciudad, pero sin despreciar por ello otras zonas que también tienen sus atractivos para el visitante.
En el caso de Vancouver, además, el Downtown está muy delimitado por la propia geografía de la ciudad, ya que ocupa una pequeña península rodeada por el mar en cuyo interior se concentrar las áreas de mayor actividad económica, importantes zonas comerciales, las principales zonas de ocio de la ciudad y algún área residencial de alto nivel, además de otras zonas más pintorescas como el barrio de Gastown o Chinatown.
Tanto la mayor parte del Downtown de Vancouver como el resto de la ciudad tienen una planificación urbana relativamente reciente, por lo que la mayor parte de las calles son rectas y se intercalan entre sí en forma de cuadrícula. Quizá sea una estructura monótona, pero si se lleva un mapa es difícil perderse.
En el Downtown de Vancouver la principal calle de referencia es Granville Street, que lo cruza de norte a sur. En su parte norte, está situado en pleno corazón financiero de la ciudad y acaba en la estación marítima de Waterfront. En ella se encuentran también el acceso a las estaciones del Skytrain más importantes de la ciudad y centros comerciales importantes que se extienden entre los bajos y los subterráneos de algunos de los edificios más importantes de la zona como el Pacific Centre. Concentra gran parte del movimiento de personas durante las horas centrales del día.
Centro de negocios y edificios emblemáticos
Desde allí hacia el oeste comienza la zona más elegante y económicamente activa de la ciudad, intercalando edificios altos de fachadas acristaladas que sirven como sede a los principales bancos, con otros más pequeños o tradicionales, como la Galería de Arte de Vancouver o el Hotel Fairmont. Más hacia el oeste, en dirección hacia el bonito Stanley Park, los edificios financieros ceden su protagonismo a los bloques de viviendas más caros y demandados de la ciudad.
En esta zona también, ya junto al agua, nos encontramos también algunos de los edificios más representativos de la ciudad. El Canada Place es el más famoso de todos ellos, con su cubierta con forma de cinco velas y su paseo peatonal frente al mar con los nombres de las regiones y las principales ciudades de Canadá escritos sobre el pavimento. Tampoco hay que olvidarse del vecino Centro de Congresos.
Y, finalmente, en el extremo noroeste del Downtown se encuentra el parque más importante de Vancouver, el Stanley Park, una pequeña península verde situada dentro de la península del Downtown desde donde se tienen fantásticas vistas tanto del Downtown como de la parte norte de Vancouver y las montañas que la rodean. Es una zona fantástica para pasear o recorrer en bicicleta, especialmente cuando los días son soleados.
Gastown y Chinatown
Por su parte, al este de Granville Street nos encontramos con las zonas más históricas o pintorescas de la ciudad. Principalmente, con Gastown– la zona más antigua de Vancouver- con edificios bajos de ladrillo y calles llenas de cafés, restaurantes y tiendas para turistas jalonadas por farolas de hierro. El reloj de vapor, más curioso que realmente útil, es el punto central de este pequeño barrio que guarda la mayor parte del encanto tradicional de la ciudad.
A poca distancia de allí, nos encontramos también con el barrio de Chinatown, muy al estilo del de otras ciudades norteamericanas –como San Francisco-. Combina la arquitectura más tradicional de la zona de Gastown, con elementos y –sobre todo- tiendas y comercios chinos. La influencia asiática es importantísima en Vancouver y, aunque Chinatown es la parte más exótica, la vecina ciudad de Richmond es la que presenta la mezcla más evidente entre población oriental y sociedad occidental.
Es una zona también de contrastes, donde se mezcla también la degradadísima zona alrededor de la calle Hestings con la modernidad del estadio BC Place o el Pabellón Rogers Arena, donde juega sus partidos el equipo de hockey de los Vancouver Canucks, por el que la ciudad siente una tremenda devoción.
La zona del ocio
La parte sur de Granville, en cambio, es completamente diferente. Los edificios altos con fachadas de cristal dejan espacio a otros más pequeños que albergan tiendas, bares, restaurantes de comida rápida, hoteles de mochileros y, también, los principales clubes nocturnos de la ciudad. Es la principal arteria de ocio de la ciudad y donde se traslada la mayor parte del movimiento del Downtown a partir de cierta hora de la tarde.
En las calles más próximas a Granville Street, tanto perpendiculares como paralelas, el movimiento es algo más reducido, pero también tienen cierta vida. Ya sea en la zona de Yaletown, o en el Westend, el distrito gay de la ciudad, hay buenas posibilidades de encontrar cafés o restaurantes tranquilos en los que disfrutar del día.
North Vancouver
Fuera del Downtown, el resto de los barrios tienen un carácter más residencial, aunque hay algunas zonas que no deberíamos dejar escapar a la hora de visitar la ciudad.
Personalmente, North Vancouver me resulta el más llamativo de ellos. Se trata de un barrio situado justo frente al Downtown de Vancouver, pero separado de él por el mar. A él se llega en coche dando un rodeo por el puente de Stanley Park o, la forma más habitual de hacerlo, con el Sea Bus que sale desde Waterfront y que es una de las actividades obligadas de la ciudad. North Vancouver es un área residencial que se extiende desde el mar hasta la falda de las cercanas montañas y que desde la orilla sur se ve como una sucesión de calles escalonadas que van casi escalando por la ladera.
Las vistas del Downtown de Vancouver desde la parte norte de la ciudad son fantásticas y desde la zona donde atraca el Sea Bus tenemos un buen mirador desde el que disfrutarlas. Puede ser que se nos cruce algún barco atrapado por medio que nos estropeé la fotografía, pero si vamos en el Sea Bus y nos colocamos frente a la ventana delantera, podremos sentir la sensación de acercarnos lentamente al corazón de la ciudad.
No obstante, en North Vancouver comienzan también las montañas y las pistas de esquí cercanas a la ciudad. Allí nos encontramos con la Grouse Mountain, donde podremos ir a esquiar en invierno o a disfrutar de las vistas en verano. No es raro encontrarnos con esquiadores o, sobre todo, snowboarders que llevan sus tablas en el metro o en los autobuses urbanos para tomar el Sea Bus e ir a esquiar. Allí también tenemos el parque regional de Capilano, donde se encuentra el mayor puente en suspensión del Mundo.
Granville Island, Commercial Drive y Richmond
Ya al sur del Downtown hay también una serie de zonas curiosas para visitar. Casi oculta para el paseante que no la vaya buscando a propósito, la Granville Island aparece justo antes de entrar al Downtown por el sur y es un pequeño mundo aparte dentro de la ciudad de Vancouver. Tiene su propia fábrica de cerveza, teatros y actividades culturales y un mercado tradicional con una enorme variedad de productos: frutas y verduras, carnes, quesos, dulces, productos de artesanía… Todo ello dentro de un acogedor edificio decorado en madera y muy frecuentado por los visitantes.
Commercial Drive, al este de la ciudad de Vancouver, es otro de los lugares de interés de la ciudad. Quizá no tenga el glamour del Downtown de Vancouver, ni sea especialmente llamativo desde el punto de vista arquitectónico, pero es una calle conocida por la cantidad y variedad de los cafés y restaurantes que alberga. Dentro de Vancouver se le llama también “Little Italy”, y es cierto que tiene una importante presencia de locales italianos, pero también podemos encontrarnos locales etíopes, salvadoreños, portugueses y, por supuesto, también los restaurantes asiáticos y los cafés bohemios que también forman parte del paisaje en otras zonas de la ciudad.
Finalmente, Richmond es una ciudad del área metropolitana de Vancouver, aunque independiente de ésta, especialmente famosa por su enorme colonia asiática. Es un perfecto ejemplo de fusión de culturas, ya que en una localidad con una estructura urbana completamente canadiense se ha incorporado una población que en su gran mayoría procede de países asiáticos. Es tremendamente impactante llegar a un barrio donde prácticamente todo está rotulado en caracteres chinos, donde el mandarín y el inglés se escuchan por igual y la población tiene- en su mayoría- esa procedencia.
Richmond no tiene muchos atractivos turísticos en sí misma, pero sí que es un lugar atractivo para visitar si queremos ir de compras a uno de los principales malls de la ciudad o, principalmente, si nos apetece comida asiática y queremos tener una gran variedad de restaurantes entre los que elegir.