Excursiones cercanas a Vancouver

Whistler:

Es una de las excursiones habituales desde Vancouver, pero en el fondo sólo la aprovecharán totalmente los aficionados a los deportes de invierno –en invierno- o a los paisajes de montaña –en verano-. Los no aficionados al esquí quizá no le acaben de encontrar el punto, salvo por las posibilidades de ocio nocturno que ofrece, pero para los esquiadores es todo un paraíso.

Está a unas dos horas y media de Vancouver en tren o autobús. Aparte de las líneas públicas de autobuses o tren, hay unos cuantos servicios de autobuses privados que hacen la ruta y que, en ocasiones, disponen de paquetes de transporte más forfait a buen precio. También, por su condición de estación de esquí, cuenta con muchísimas posibilidades de alojamiento.

Vancouver Island y Victoria

La Isla de Vancouver está situada relativamente cerca de la costa del continente y se puede acceder a ella de forma muy sencilla por los barcos de BC Ferries. Sin embargo, cuando hablamos de la Isla de Vancouver hay que tener en cuenta que no se trata de una isla pequeña, sino de una zona con una extensión considerable. La historia nos cuenta que tuvo la oportunidad de decidir entre incorporarse a Estados Unidos o formar parte de Canadá y escogió lo segundo. Como “premio”, por llamarlo de alguna forma, su principal ciudad, Victoria, se convirtió en la capital de la región de British Columbia. La isla tiene parajes naturales bastante bellos y tiene fama, también, de ser la zona con mejor clima de todo Canadá.

Hay diferentes maneras de llegar a Vancouver Island por ferry. Dependiendo de en qué muelle lo tomemos, nos llevará a una u otra ruta. La principal de ellas es la que va de Tsawwassen –al sur del área metropolitana de Vancouver- a Swartz Bay, situada a aproximadamente tres cuartos de hora en autobús de Victoria. Es la ruta con más frecuencias y la más habitual. Los barcos son grandes y especialmente cómodos. Si el tiempo acompaña, podemos hacer el recorrido en una zona abierta en la cubierta y ver las montañas que dejamos atrás en la zona de Vancouver y la aproximación a la isla principal, pasando junto a las bonitas Islas del Golfo. El trayecto dura alrededor de hora y media y, en febrero de 2012, costaba 14 dólares por trayecto. La segunda ruta más importante es la que va a Nanaimo, en el centro de la isla.

Otra opción, más cara, pero más rápida y –sobre todo- más pintoresca, es tomar los hidroaviones pequeños que salen desde la zona de Waterfront, en Vancouver, y nos dejan frente al puerto central de Victoria.

Victoria es la capital de la isla y, como dijimos anteriormente, de toda la región de British Columbia. A diferencia de Vancouver, con sus grandes edificios de fachada acristalada, Victoria es una ciudad tranquila, de edificios bajos y aspecto casi colonial. Su parte más destacada es el llamado Inner Harbour, donde se concentran los edificios más llamativos de la ciudad: el Parlamento regional de British Columbia y el Hotel Fairmont Empress. Ambos frente a una pequeña marina de barcos de recreo.

El resto de la ciudad es muy tranquila y se puede recorrer a pie en poco tiempo visitando edificios como la Catedral anglicana de Christ Church o el castillo de Craigdarroch. La verdad es que, si no supiéramos que estamos en Canadá, podría pasar perfectamente por una pequeña ciudad británica.

No obstante, la atracción más llamativa de Victoria no se encuentra en su casco urbano, sino unos 23 kilómetros al norte del mismo. Se trata de los Butchard Gardens, una de las atracciones turísticas más visitadas de Canadá con 22 hectáreas de jardines especialmente cuidados. Evidentemente, al tratarse de un entorno natural, su imagen cambia en las diferentes estaciones del año y es en primavera y verano cuando adquiere el máximo esplendor, pero eso no significa que el resto del año no sea una visit interesante. Hay excursiones organizadas y rutas turísticas que llevan desde Victoria hasta los jardines, pero la manera más popular y económica de llegar a ellos es con el autobús de Greyhound.

El resto de la isla destaca por su naturaleza. Los paisajes de las Islas del Golfo son muy llamativos y en la parte central de la isla cuenta con zonas con cierta altitud. Pequeñas ciudades como Nanaimo son también llamativos y hay buenas oportunidades para hacer excursiones para ver ballenas y otros grandes animales marinos, tanto desde Victoria como desde otros puntos de las islas.

Seattle

Seattle es también otras excursión habitual para los visitantes de Vancouver, por mucho que haya que cruzar la frontera de Estados Unidos con la tardanza y, en ocasiones, las molestias que supone pasar el control fronterizo. En realidad es una visita bastante agradable para un fin de semana.

El Downtown de Seattle es bastante manejable para recorrerlo a pie. Podemos empezar la visita por un paseo por la zona de Waterfront –justo frente al mar- donde se encuentra el acuario y unos muelles turísticos con restaurantes y zonas de ocio.

Desde allí, tenemos apenas un par de centenares de metros hasta el mercado tradicional de Pike Market, uno de los puntos más apreciados por los turistas, con su letrero de neón rojo tradicional. Se trata de un mercado típico, cubierto, con muchos puestos pequeños en los que se venden toda clase de productos de alimentación, artesanía y souvenirs. No obstante, los puestos más llamativos son los de pescado y marisco, con excelentes productos traidos principalmente de Alaska, pero también de otras zonas del Pacífico: Salmones, cangrejos, gambas, colas de langosta, vieiras… todos de un tamaño enorme. Los pescaderos, además, le suelen poner un punto gracioso, ya que tienen la costumbre de lanzarse el producto por el aire de unos a otros antes de filetearlo, para regocijo de los turistas.

Cerca también de este mercado podemos encontrarnos el contraste de la parte más financiera y comercial del Downtown en las calles que van de la tercera a la quinta, con grandes rascacielos y edificios arquitectónicamente muy valiosos como el de la Biblioteca Municipal con el de lo que queda de los orígenes de la ciudad, cuando era centro de aprovisionamiento de los mineros que se dirigían al norte en busca de oro, en la zona tradicional de Pioneers Square.

Algo más alejado del Downtown, aunque también accesible a pie, se encuentra el recinto de la antigua Exposición Mundial de 1962, coronado por la Space Needle, uno de los símbolos de la ciudad. La Space Needle es una torre futurista –al menos lo era en 1962- con un mirador rotatorio en su parte superior que gira 365 grados cada hora. Desde lo alto, hay unas vistas muy buenas del centro de la ciudad. Junto a él, tenemos el original y divertido EMP Museum dedicado al rock, la ciencia ficción y la cultura pop y a unos cientos de metros está el centro de exposiciones Pacific Science Centre. Al recinto podemos llegar también en monorraíl desde el Downtown, aunque se ha quedado un poco corto y anticuado para lo que se estila ahora.

Seattle es también la sede de la compañía Boeing, por lo que se puede hacer una visita a su sede y a su interesantísimo museo de la aviación. Lo malo es que está en la localidad de Everett, a unos 50 kilómetros al norte de la ciudad. Esta visita se puede combinar también con la del outlet de Tulalip, interesante lugar para compras de ropa a buen precio al sur de la frontera.